- Hacer la tarea por los niños, no entablar diálogo con los maestros, o convertir la hora de los deberes en regaños, son algunos de los errores más comunes de los padres de familia al intentar ayudar a sus hijos.
Las tareas son responsabilidad de los alumnos. Sin embargo, esta actividad requiere el respaldo de los padres de familia, lo que ocasiona tensión e incluso conflictos, además de una dificultad para los papás que trabajan y no tienen tiempo para apoyar a sus hijos.
La profesora y vicepresidenta del Sindicato Independiente de la Enseñanza en España, señala cuáles son algunas de las equivocaciones más comunes:
- Hacer la tarea en cualquier sitio.
En ocasiones, por falta de tiempo, los niños hacen la tarea en cualquier lado, desde la cocina en lo que se prepara la cena, hasta en el transporte camino a la casa. Es importante que los niños encuentren un lugar tranquilo y fijo donde puedan concentrarse en lo que están realizando.
- Protestar sobre la cantidad de tarea de nuestros hijos.
Los deberes son los que son, y los que tocan. Si éstos sobrepasan al niño, entonces se debe acudir al centro educativo para notificarlo. Es importante que los niños perciban que en casa se respetan las decisiones del profesor, cuando se consideran pertinentes. Estamos preparándoles para la vida y en la vida habrá mucho trabajo y esfuerzo.
- Hacer la tarea por los niños.
Si los adultos realizamos las tareas escolares de los niños, evitamos que aumente su capacidad de trabajo, se fortalezca su disciplina y que aprenda lo que debe.
- Considerar que las tareas no sirven.
Los deberes escolares, además de ser refuerzos para el aprendizaje, son una ocasión excelente para aprender a trabajar de manera autónoma. Los padres pueden explicarles las dudas, pero es más provechoso enseñarles a encontrar la respuesta por ellos mismos en sus propios libros de texto o en Internet.
- Convertir los deberes en un regaño.
Los padres deben convertir el tiempo de hacer tarea en un tiempo de paz y tranquilidad. Si el alumno tiene dificultades, puede y debe consultarlas con sus profesores al día siguiente. Es muy perjudicial crear en casa ansiedad por gritos y regaños relacionados con las tareas.
- No tomar en serio su necesidad de presencia y apoyo.
En una sociedad tan ocupada e hiperconectada como la actual, es importante soltar el smartphone o el ordenador por un rato para que los padres hagan saber a sus hijos que están disponibles para ellos, escuchando sus preocupaciones y dudas.
- Imponer un control absoluto.
Es importante respetar las decisiones de los hijos respecto a sus labores. Si quieren realizarla ellos, debe dejarlos. Hay que confiar en su capacidad y responsabilidad y dejarles claro que confiamos en ellos.
- Evitar el diálogo con los profesores.
Los padres deben potenciar el diálogo y la colaboración con los profesores y consultarles si hace falta alguna ayuda suplementaria.
- No permitir que afronten las tareas escolares agotados.
Las actividades extraescolares son necesarias, pero no pueden ser obsesivas. Los alumnos pueden tener demasiadas: deportes, idiomas, música, ajedrez, todo a la vez. Es mejor adecuarlas a la personalidad e intereses del hijo y permitir tardes en las que solo tengan que jugar en casa y estudiar.
- Ser anárquicos.
Los deberes son, sobre todo, un aprendizaje de trabajo autónomo y autodisciplina. Les ayudamos si les animamos a establecer un tiempo mínimo y máximo, siempre a la misma hora, en el mismo sitio, siempre con el móvil apagado. Aprender que todo tiene su momento es una gran enseñanza para un niño, pero son sus padres quienes deben mostrárselo.
Y que dificil...
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